VUELTA AL TRABAJO DESPUÉS DE SER MAMÁ. SENTIMIENTOS ENCONTRADOS
Mimuselina
Aprovechando que hoy es el día del trabajo, nos hemos decidido a compartir la experiencia de la vuelta al mismo después de convertirse en madre.
Desde el nacimiento de vuestro bebé, es muy probable que apenas os hayáis separado de él. ¡Parece mentira que ya hayan pasado 4 o 5 meses! El tiempo ha pasado rápido y se acerca el momento de retomar vuestra vida profesional. Contaréis, con insistencia, los días que os quedan para ello. Con un sentimiento entre pena y miedo por dejar a vuestro baby.
Para algunas mujeres, el regreso es esperado y deseado, pero para otras, quizás la gran mayoría, los sentimientos son contradictorios. A menudo, os sentiréis las “peores” madres del mundo por “abandonar” a vuestro bebé.
¿Estaré haciendo bien? ¿Con quién va a estar mejor si no es conmigo? ¿Y ahora qué haré? Si vosotras también os hacéis estas preguntas… ¡Tranquilas! Forma parte del proceso normal de adaptación a la nueva situación y de reincorporación a la vida laboral.
¿Cómo sobrellevar la vuelta al trabajo?
Ha llegado el “gran” día. Os sentiréis nerviosas, preocupadas y tal vez un poco “fuera de lugar”. Ésta ya no es la rutina a la que estabais acostumbradas. Ha llegado el momento de iniciar, de nuevo, vuestra rutina laboral.
Es un momento difícil para la gran mayoría de mamás, en el que tendréis a “flor de piel” una gran variedad de sentimientos y emociones contradictorias.
En parte os sentís culpables por dejar a vuestro peque en manos ajenas que, aunque seguro que son de confianza, son ajenas. Os sentiréis tristes por todo lo que os vais a perder mientras estáis fuera, en cierto modo felices por desconectar un ratito de pañales, mocos y babas, y también un poco enfadadas por ser conscientes de lo difícil que es, hoy en día, poder compaginar el trabajo y la familia.
Debéis saber que todos estos sentimientos son completamente normales. Los de tristeza, alegría, culpabilidad o enfado. ¡TODOS!
Ante esto, muchos psicólogos recomiendan que lo mejor es pensar únicamente en los aspectos positivos que os aporta la reincorporación al mundo laboral. La mejora a nivel económico, el desarrollo de la carrera profesional o las relaciones sociales, pueden ser algunos de ellos.
También deberéis centraros en pensar que el bebé está bien. Sea cuál sea la persona que hayáis dejado a cargo del bebé, llámese abuela, tía, o vecina, la habéis escogido porque creéis que es la más adecuada para cuidar de él. Seguramente os resultará difícil no pensar, que con quien va a estar mejor es con vosotras, pero al menos… intentarlo.
Entre lloros y risas, armaos de paciencia y pensar que es un proceso al que tendréis que ir adaptandoos poco a poco. ¡No seáis duras con vosotras mismas!
¿Y el bebé?
Es cierto que el bebé, por su parte, también notará el cambio, pero su comportamiento dependerá, en cierto modo, del vuestro. Y también de la edad que tenga en ese momento. A partir de los 8 meses, el impacto de la separación será mayor. Intentad estrechar vínculos afectivos, darle mimos y caricias, y explicarle que volveréis en tan sólo un ratito.
Vuelta al trabajo de la mamá y la lactancia materna
Seguramente, con la vuelta al trabajo, os sentiréis preocupadas por cómo continuar con la lactancia materna. A pesar de que supone añadir una nueva rutina de lactancia, la verdad es que es posible continuar con la lactancia materna aunque os incorporéis de nuevo al trabajo.
Os tendréis que familiarizar con la extracción de leche de forma manual o con un sacaleches. Podéis congelar la leche materna incluyendo siempre la fecha de extracción. De todos modos, si este tema se os hace un mundo, siempre podéis consultar con vuestra matrona. Incluso si tenéis una farmacia de confianza, seguro que también ellos os podrán ayudar.
En definitiva, el regreso al mundo laboral es un momento bastante duro para la mayoría de las mamás, en el que generalmente ni todos los sentimientos son positivos ni todos son negativos.
Pensad que lo peor es el principio y que después os iréis adaptando a vuestra nueva vida. Además, dicen que las madres tenemos “superpoderes” para encargarnos de mil y una cosas a la vez. Y… ¡No sabéis cuántos! Y si no pensad… ¿De qué no es capaz una madre?