MIMUSELINA El mejor regalo para niños de todos los TIEMPOS

El mejor regalo para niños de todos los TIEMPOS...

Mimuselina
Ni juegos de construcción, ni muñecas, ni cocinitas, ni coches teledirigidos… Tenemos el regalo perfecto para tus hijos. Es más fácil de lo que piensas, está al alcance de tu mano ¡y sin necesidad de hacer largas colas! El mayor regalo que puedes hacerle a tus hijos es TIEMPO. Tiempo de calidad, tiempo en familia, tiempo para escuchar, hablar, reír, disfrutar… ¡Un regalo que no tiene precio! ¿o sí? Ya lo decía Dani Martín, ¡qué caro es el tiempo...! Caro por valioso… y valioso por lo que significa: es lo más preciado que tenemos y que podemos regalar o compartir. La vida es eso: un tiempo que nos regalan y, como tal, hay que apreciarlo. Sin embargo, la rutina diaria de muchas familias impide que padres y madres pasen tiempo con sus hijos. Con los horarios y la presión laboral, son muchas horas las que los pequeños pasan solos, con abuelos, o con muchas actividades extraescolares cubriendo las jornadas laborales de sus progenitores.

Mejor regalo para niños: tu TIEMPO

El mejor regalo para los hijos es nuestro tiempo. Compartir tiempo en familia es garantía de felicidad. Hoy y mañana. No podemos enmascarar nuestra ausencia en forma de regalos. Porque a la larga genera una profunda infelicidad, a pesar de, aparentemente, tenerlo todo. Nuestra atención es insustituible. Hace tiempo leí una especie de cuento con una moraleja brutal que me hizo reflexionar profundamente sobre este tema, y que, en parte, inspiró este post. Bien podría ser un cuento, bien una historia real de alguien cercano… Decía así: «Un niño se quedó despierto hasta tarde esperando a su papá. Mientras cenaba le preguntó: -Papá, ¿cuánto ganas en una hora? El padre, cansado del día, contestó al niño de mala manera, sosteniendo que no era un tema para hablar con niños. Después le invitó a irse a la cama. El niño antes de irse, volvió a preguntarle: -De verdad, papá, es importante: ¿cuánto te pagan por trabajar una hora? El padre, agotado, le respondió: -¡100 euros! Y ahora vete a dormir. El niño le preguntó entonces: - ¿Me podrías prestar 50 euros? Ante esta pregunta el padre se enervó de forma desmesurada y contestó: -¡Querías saber lo que gano para pedirme dinero! ¿No te vale con tener de todo y con que trabajemos para que no te falte de nada? ¡Vete a la cama! El niño, triste y lloroso se fue a la cama. Mientras, el padre se quedó pensativo. No era normal que su hijo le pidiera dinero. Pensó que le había contestado mal y tras un rato dándole vueltas fue a verle: -Hijo, no te he contestado bien. Toma, aquí tienes los 50 euros. El niño se puso como loco de contento. Sacó de debajo de la almohada otros 50 euros, los juntó y le dijo a su padre: -Toma, papá, 100 euros. ¿Me puedes vender una hora de tu tiempo para pasarla conmigo, y vengas antes de trabajar, y podamos jugar y cenar juntos?»
Personalmente cuando lo escuché, me quedé muy removida y bastante tocada. La inocencia de los niños llevada al máximo. La cruda realidad vista desde sus ojos. Parece que en el mundo en que vivimos el tiempo es un valor tan caro y preciado que los padres no pueden "perderlo" con sus hijos. Cuando en realidad lo que hacen es ganarlo. Invirtiendo su tiempo donde mejores beneficios obtendrán: el correcto desarrollo personal y afectivo de sus hijos. Así que este año, cambia el chip: dedícales tu tiempo, gasta (¡invierte!) tu valor más preciado con ellos, programa actividades y regala experiencias. Lo van a disfrutar más que lo que haya dentro de las cajas envueltas bajo el árbol de navidad.