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¿Tu bebé duerme con ruidos alrededor? Fiestas, calor, música, gente... ¡Que no le afecte!

Mimuselina
España entera está de fiestas. Las ferias se suceden de localidad en localidad y con ellas los ruidos de música, de orquestas en directo, de terrazas repletas de gente, de tómbolas incansables regalando «perritos pilotos», de cohetes y tracas… ¿Cómo garantizar el descanso y el sueño del bebé con tanto ruido alrededor? ¿Os suena, verdad? Y nunca mejor dicho lo de sonar, porque menudos escándalos se montan en estas ferias… Si a esto le sumamos que durante el día con el calor no se puede apenas salir de casa y que cuando apetece pasear es por la noche, que es precisamente cuando las ferias están en pleno apogeo, ¿Qué haces si tienes un bebé? ¿Sales? ¿Piensas que con el ruido no va a estar a gusto, ni se va a dormir, se va a alterar y te quedas en casa? Cuando los ves tan pequeños todo te lo planteas y todo te da reparo. ¿Le hará daño el ruido fuerte a sus oiditos? ¿Lo llevo y que se acostumbre a los ruidos? Ya sabes que en verano incluso con abrir las ventanas puedes llegar a oír de todo en casa…
A ver, lo genial es que nuestros bebés se acostumbren a dormir con ruidos, que no necesiten un silencio absoluto para quedarse dormidosporque esos micro-escenarios no existen, son muy difíciles de generar y crean frustración. ¡Cuántos papis y mamis crean esa atmósfera silenciosa y dicen aquello de «no hagas ruido que está durmiendo«! O mientras que duerme ni hablan, ni ponen televisión, ni caminan, prácticamente ni se mueven para no hacer ni un ruido… Eso no es vida. Pero es cierto que hay muchos bebés que si hay visita no se duermen, si hay ruido no se duermen, si estáis viendo la tele no se duermen, si estáis cenando por ahí con el ruido de las conversaciones del restaurante no se duermen… Muchos ¿verdad? Sin llegar al extremo de Sarah-Jane Hulme que fue noticia hace un tiempo por llevar a su bebé de cuatro meses a un macro-festival de música electrónica… eso sí, la mujer de 41 años (ya no era ninguna cría) lo hizo con unos cascos protectores pero ahí estaba, que se quedó más ancha que larga sin pensar en las consecuencias de su bebé y sus oídos. Hombre una rave no es sitio para un bebé, pero los ruidos habituales sí, y deben estar acostumbrados…
Antes de continuar os contaré unas curiosidades sobre el oído de los bebés de 0 a 6 meses. Lo primero que tenéis que saber es que un recién nacido lleva escuchándote durante prácticamente todo el embarazo: tu corazón, tu torrente sanguíneo fluyendo, es capaz de reconocer tu voz que le tranquiliza… Tres meses antes de nacer el oído ya funciona y como está acostumbrado, cuando nace, los bebés prefieren la voz de las mujeres, agudas, porque son las que han oído más directamente dentro del útero. Pero que los papis no se preocupen, que después de nacer y de, eliminar el líquido amniótico que pueda haberse quedado en ellos, los oídos del peque los reconocerán muy pronto, con sus voces graves. También, acostumbrar a los bebés a escuchar música durante el embarazo es ideal. Quedaos con este punto y este dato sobre el desarrollo auditivo durante el embarazo. Lo más importante para saber cuando pasar del capazo a la silla

Sueño bebé: Detectar posibles problemas auditivos

1) De 0-3 meses: parpadean, se sobresaltan, lloran cuando escuchan ruidos fuertes y se calman al oír a la mamá o el papá.
2) De 4-6 meses: detectan sonidos y giran la cabeza. Emiten sonidos como ah, oh… te miran como atentos, como si te escucharan…
3) De 7-12 meses: balbuceos, ga-ga; ba-ba; la-la… pueden empezar a decir mamá o papá. Reaccionan a ruidos fuertes.
Si notáis cualquier anomalía no dudéis en acudir al vuestro pediatra. Porque es súper importante detectar los problemas de audición para que no haya problemas en el habla más adelante.
Una vez que conocemos algunos de los conceptos básicos que rodean a la audición de los pequeños viene la pregunta del millón:
¿Cómo conseguir que mi bebé duerma con ruido alrededor? Ayyy amigas, esa es la gran cuestión. En mi caso, muchos de nuestros amigos con hijos se quedaban alucinados cuando salíamos y mientras cenábamos tanto Nico como Valeria se quedaban dormidos en su cochecito, dándoles igual si estábamos en una terraza llena de gente hablando o en una cafetería con música o paseando en una de las tantas ferias con todo a la vez: ruido, música e incluso petardos y traca final. Siempre me decían ¿Cómo lo has conseguido?
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En realidad lo único que hicimos fue no crear niños burbuja. ¿Qué quiero decir con esto? Pues que no cambiamos nada en nuestras rutinas porque estuvieran ellos. Si teníamos que ver la tele por la noche o por la tarde se veía aunque tuviéramos la mini-cuna y el peque durmiera. Si venía visita a casa, daba igual, nunca los mandaba callar, estábamos hablando normal, y el peque se dormía si tenía sueno o bien si estaba dormido permanecía dormido. No desconectábamos ni timbres ni teléfonos por el hecho de que estuviera dormido…
Y no sólo eso, otra de las cosas que también hicimos, y por eso os decía lo de quedaos con la copla anteriormente, fue hablarle mucho cuando estaba en la tripa, escuchar mucha música, ponerle incluso los cascos en la tripa para que percibiera la música clásica más directamente y lo que nos encantaba, bailar. Con esto que quiero decir, que es fundamental empezar desde el principio.
Muchas preguntáis por métodos mágicos cuando ya se ha acostumbrado al peque a otras cosas… y ahí es más difícil cambiarlo. Es mejor desde el principio.
Por otro lado sí que os puedo hablar de un método eficaz si veis que vuestro peque no duerme con ruidos extraños y necesita ese «micro-planeta» individualizado, de silencio. El truco está en el ruido blanco. ¿Sabéis lo que es? Durante el embarazo el bebé está nueve meses dentro del útero acostumbrado a un ruido natural, constante, el del torrente sanguíneo. Un ruido continuo, repetitivo, relajante, que reproduzca una secuencia sonora.
Existen ruidos que se asemejan y que pueden reproducir ese ruido del útero que aporta protección y seguridad a los recién nacidos. Si ese útero era ruidoso, podrá dormir con ese ruido fuera ¿no? Y así es.
Existen sonidos como el del secador, el de una lavadora, una aspiradora… que simulan ese ruido blanco. El ruido del coche rodando también se asemeja, por eso es entrar al coche y ¡que levante la mano a quién no se le queden los peques dormidos nada más arrancar el coche y echar a andar! Que el meneo y el movimiento también influyen, pero el ruido es relajante natural.
También podéis utilizar canciones de cuna, música y sonidos relajantes (el mar por ejemplo) que existen en bibliotecas musicales, en dispositivos y reproductores, y que le ayudarán a dormir, a acostumbrarse al ruido, a centrarse en ese «ruido» que le es familiar y le aporta seguridad y a no descentrarse y ponerse nervioso con ruidos ajenos que ni reconoce ni controla y que no le permiten coger el sueño. Lo importante es que esa música sea lenta, pausada. Existen múltiples juguetes y muñecos para meter en la cuna que emiten este tipo de música y sonidos, a la vez que tienen algo de luz entre tanta oscuridad.
Con estos trucos ya podéis disfrutar de todas las ferias y fiestas a vuestro alrededor y del verano y sus terracitas sabiendo que no afecta al sueño del bebé.