11 consejos para una buena adaptación a la escuela infantil
MimuselinaEl inicio de la guardería y el colegio suele ser un momento complicado para niños y padres por lo que todos los consejos para una buena adaptación a la escuela infantil os parecerán pocos...
Ir a la escuela infantil por primera vez supone un cambio grande y la separación de vínculos y lazos que probablemente no hayan cambiado desde el nacimiento. La adaptación a esta nueva vida cuesta, pero es importante afrontarla con la mejor sonrisa tanto por la parte de los papis transmitiéndoselo a los peques, como por los nenes que deben estar súper felices en la guarde.
El periodo de adaptación a la escuela infantil es muy importante e incluso estresante, porque puede volver un poco locos a mamis y papis por el jaleo de horarios (De menos a más tiempo de estancia en el centro infantil).
No existe una receta mágica que haga que los niños entren felices y contentos a la escuela infantil, pero sí hay algunas recomendaciones y pautas que pueden seguirse para tratar de ayudar a los niños a que este proceso sea mejor, o para que, como mínimo, se sientan comprendidos.
11 consejos para una buena adaptación a la escuela infantil
Los padres debemos tener en cuenta que nuestros bebés pueden llevar muy bien la adaptación, la pueden llevar regular y la pueden llevar fatal, y debemos ser conscientes de por qué lloran, de por qué lo pasan mal y, de ese modo, tener claro que debemos ayudarles cuanto más, mejor.
Aquí os dejo algunos consejos para una buena adaptación a la escuela infantil
1. Si se hace coincidir las vacaciones del trabajo con las primeras semanas de asistencia del niño a la guardería, podrán responder mejor a las necesidades emocionales del niño en este período, libres de horarios inflexibles, de estrés y con entera disponibilidad para lo que puedan requerir los peques.
2. Es recomendable que el niño conozca el camino hacia el centro, que haya visto la escuela infantil (aunque sea desde fuera) varias veces con sus padres, que le facilitamos todo la información que podamos sobre ella, en el sentido de haber estado allí o, al menos, en la puerta. Este punto depende de la edad, los bebés de cuatro meses no tendrán este problema.
3. Es importante haberle contado cuentos sobre escuelas infantiles, sobre lo que allí se hace, qué rutinas van a seguir... Así comprenderá qué es una guardería y por qué irá ahí. Podemos buscar dibujos animados en los que los personajes asisten a la guardería y verlo con ellos.
4. Si conocemos a algún niño que vaya a ir a la misma guardería, podemos tratar de coincidir con él para que tenga algún referente conocido cuando tenga llegue el momento.
5. Puede ser positivo el uso de objetos transicionales. Que lleve a la guardería un objeto que le resulte familiar, que le recuerde a su hogar y a la "seguridad" del mismo. Es bueno darle algún juguete que le aporte seguridad y que le permita establecer un vínculo de apego con su casa y su familia mientras el niño esté fuera.
6. La asistencia a la guardería debe hacerse de manera gradual y progresiva. Los primeros días, es muy positivo que el tiempo de estancia del niño en la guardería sea breve y se vaya incrementando progresivamente.
La finalidad del periodo de adaptación es que el niño vaya conociendo el nuevo entorno, su nueva cuidadora y sus nuevos amigos y amigas para que acabe sintiendo que está en un sitio seguro, no amenazante, incluso cuando su madre o padre no están con él. El caso es que lo ideal es que el primer día entremos con el niño y estemos con él, conociendo el nuevo ambiente.
7. Nunca hay que restringir las demostraciones de afecto, el tomar a sus niños en brazos, el acompañarlos hasta donde podamos… con el objetivo de facilitarles la adaptación. Negarles esa demostración de cariño es totalmente contraproducente.
8. Cuando le habléis de la educadora y os dirijáis a ella, hacedlo por su nombre. Las educadoras valoraran si el niño/a está adaptado no sólo cuando no llore, sino cuando vean que realmente se siente a gusto, cuando sea capaz de intercambiar experiencias, cuando hable en casa de lo que sucede en el centro y en este de lo que vive en casa, cuando acepte una comunicación afectiva con la educadora y sus compañeros y cuando el contacto con ellos sea más abierto y espontáneo.
9. Una buena idea es representar la vida en la escuela infantil con muñecos para que ellos se anticipen a lo que va a pasar. Se puede hacer también representando personajes, el niño haciendo de sí mismo, por ejemplo, y mamá o papá haciendo de la educadora infantil.
A través de los personajes se crean diálogos y situaciones cotidianas para que el niño las vaya conociendo, como por ejemplo la llegada, con un “Buenos días, Martín. Soy Ana, ¿me das un abrazo? ¿Qué tal has dormido hoy? ¿Quieres que juguemos mucho? Genial, pues vamos a decirle adiós a mamá y a explicarle que hoy vamos a jugar a un montón de cosas”.
Cuanto más juguemos a ello, cuanto más entrenemos los personajes más veces vivirá la guardería en un entorno agradable (la vivirá en la imaginación, claro) y más cotidiano se le hará aquello que luego vivirá sin nuestra compañía. Estaremos jugando a ir a la guardería y así, cuando vaya, sentirá (un poquito) que ya conoce el ambiente y la dinámica.
10. Hay que despedirse de los niños, siempre. Un besito, “te quiero”, “me voy a trabajar”, “luego vuelvo”, “pásatelo muy bien, aprovecha para jugar mucho”, etc. Le estás explicando que te vas, le comunicas que durante un rato no vas a estar y que luego vas a volver. El niño se quedará quizás llorando, porque él se quiere ir contigo, allí donde vayas, pero no pudiendo ser, al menos tiene la información.
Es lo justo y es lo lógico. Luego en casa, si nadie dice “me voy”, no tendrá motivos para pensar que se va a quedar solo en cualquier momento. También es importante, como no saben y no entienden de horas, decirles que volveréis después de algo que el sepa interpretar: «Volveré a por ti después de la siesta o volveré a por ti después de comer».
11. Cuando llega el momento de recoger al niño es importante mostrarle toda tu atención, que te cuente con detalle lo que ha hecho, quiénes son sus compañeros, a qué ha jugado. En este sentido, es muy positivo que tu hijo entienda que ir a la guardería no es tan diferente de lo que hace en casa y que igual que sus padres tiene que ir a trabajar, él también tiene sus obligaciones.