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Los 7 miedos por los que pasarás durante el embarazo

Mimuselina
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Sin duda alguna el embarazo es una de las etapas más maravillosas, mágicas y bonitas por las que puede pasar el ser humano y ahí, las mujeres somos las grandes afortunadas. Igualmente serán unos meses en los que nos asaltarán mil y un temores.

La revolución hormonal que se está produciendo en nuestro interior nos hará emocionalmente más volátiles e inestables, es cierto, no te asustes si de repente estás eufórica y de repente estás totalmente ploff. Pero no es la única montaña rusa por la que pasarás estos 9 meses de tu vida. A esa atracción de suman los innumerables miedos, preocupaciones y temores que te van a acompañar hasta el final. El último de estos miedos será al parto y se incrementará según se acerque la fecha. Pero de eso hablaremos más adelante... porque antes pasarás por otros tantos, entre ellos estos 8.

Que el miedo es libre, es muy cierto, y además cada cual coge la cantidad que quiere. Eso sí, debemos aprender a controlarlos para que, aunque estén ahí, no se conviertan en una obsesión que nos genere tal estado de ansiedad que no nos dejen disfrutar del extraordinario momento de la gestación.






El primero de ellos, y que tienen el 100% de las mujeres embarazadas es el miedo a perder al bebé. Es inevitable, lo sabemos. Pensar que el feto no se desarrolle adecuadamente o que podamos sufrir un aborto espontáneo es lo más normal de mundo. Según las estadísticas, en torno al 20% de los embarazos terminan en abortos espontáneos, pero muchos de ellos suceden cuando ni siquiera muchas mujeres saben que están embarazadas.


Los abortos espontáneos son pérdidas naturales del bebé y son muy difíciles de prevenir o controlar. Se conoce como aborto precoz aquel que se produce antes de la semana 12 y aborto tardío si se produce entre las semanas 12 y 20. Son más habituales durante el primer trimestre, y será esa parte del embarazo la que más dudas e inseguridades puedas tener. Hasta la primera ecografía que suele ser en la semana 12. Ahí oirás el latido de tu bebé y podrás relajarte. Aunque ahora veremos que el sonido más bonito del mundo puede convertirse en tu peor aliado.

¿Qué por qué decimos esto? Porque hay madres que se obsesionan hasta tal punto después de oír el latido que necesitan saber día a día que sigue ahí, escucharle y así auto-convencerse de que el embarazo sigue por buen camino. De hecho muchas llegan a comprar un monitor fetal y algunos otros aparatos para escucharlo en casa (Doppler).
Desde aquí os recomendamos no obsesionaros con esto. En ningún lugar mejor que un hospital para saber que todo está perfecto. Si tienes molestias o no te encuentras bien, acude a un centro sanitario. Además a veces pueden dar fallos y te pueden dar algún que otro susto o sobresalto innecesario y nada beneficioso para tu bebé.

Continuando con el miedo a la pérdida, si se produce pasada la semana 20, ya no sería un aborto. Estaríamos hablando ya de parto prematuro. Otro de los grandes miedos.

Este miedo da un salto al tercer trimestre. Es cierto que los avances médicos permiten obrar milagros de supervivencia de fetos de pocas semanas, pero es algo que a las embarazadas nos martiriza durante los últimos meses. El parto se aproxima y todo lo que tenga que ver con él ya nos empieza a generar una especie de pánico controlado. Los bebés prematuros pueden sufrir secuelas graves en el futuro, por eso es tan importante que el embarazo llegue a término para que todo esté maduro antes de salir al mundo exterior. Durante esta última etapa debemos aprender a reconocer signos de alarma, manchados extraños, contracciones a destiempo y controlarlo todo. Ante cualquier duda, lo que os recomendábamos, acudir al médico inmediatamente.

No todos los sangrados van a suponer una pérdida o un aborto, pero si son una señal inequívoca de alerta y de que algo no va todo lo bien que debería. Un sangrado abundante y rojo puede significar un aborto espontáneo y deberás ir al médico lo más rápido que puedas. Por otro lado hay otros sangrados que pueden acompañar a las embarazadas y que son fruto de algún hematoma. Suponen reposo para tenerlo controlado antes de que pueda generar un daño al feto. Si estás pasando por algo así sabes la ansiedad que produce ver manchas al limpiarse o en la ropa interior. El susto es considerable y debes tener muy en cuenta las recomendaciones que te haga tu ginecólogo.





No queremos coger ni un simple resfriado. Cualquier cuidado es poco. Así que tomarás todas las precauciones posibles según las distintas épocas del año para no ponerte enferma. Sobre todo por el tema de los medicamentos. Es muy importante lo primero no automedicarse y lo segundo intentar evitar los medicamentos en la medida de lo posible. Antes de tomar cualquiera de ellos te aconsejamos consultarlo con el ginecólogo, que para eso es el especialista. Este miedo está muy relacionado con el siguiente...

Miramos todo lo que hacemos y todo lo que comemos. Desde actividades físicas al último alimento que ponemos en nuestro plato. Nos empieza a asaltar mil dudas, ¿puedo tomar el sol?; ¿puedo nadar?;¿puedo pasar a un spa?;¿puedo comer de esto o de lo otro?... Todo lo que antes te parecía normal, ahora te generará dudas. Para ello lo mejor es estar muy informada.

En cuanto a la alimentación comenzarás a familiarizarte con palabras como toxoplasmosis, listerioris, anisakis... y verás como ciertos alimentos serán prohibidos y desaparecerán de tu dieta. Sobre todo, y creando vida en tu interior, muchísimo sentido común. Es el mejor de los consejos. Vida sana, alimentación sana y cuidada. No deberás hacer excesos, recuerda que no sólo los sufrirás tú, también lo hará tu pequeñ@.

Es tan inevitable como natural. Sí, engordarás. Sí, tendrás que cuidar mucho la piel para evitar las estrías. Sí, tendrás que cuidarte más, el doble... ¡pero es que ahora sois dos!
Ahí está tu mente, dándole vueltas, de miedo en miedo... ¿a ver si voy a engordar demasiado? ¿Seré capaz de volver a mi peso? ¿Y el pecho, seguirá con las tallas de aumento? ¿Qué secuelas del embarazo podrán quedarme?
Tranquila, no te vuelvas loca. En cuanto nazca el bebé todo esto se te olvidará y pasará a un segundo plano. Lo normal es subir unos 8-10 kilos de peso. Suelen estimar un kilo por mes de embarazo. Es importante llevar una alimentación saludable sin recurrir a tentaciones grasientas y súper dulces.
Parte de esos kilos se los llevará tu bebé, otros tantos se perderán entre líquidos y deshechos que se eliminarán en el parto.
Los cambios estarán ahí, y es que ¡has sido madre!. ¿Hay mayor cambio?


¿Podrá ser parto natural? ¿Tendrá que ser cesárea? ¿Me lo tendrán que provocar? ¿Se adelantará? ¿Me dolerá mucho? ¿Cómo me cambiará la vida cuando me pongan al bebé encima? Abrumadoras todas estas dudas... Y créeme, te llegarán todas sobre todo si eres madre primeriza. Aunque ningún embarazo es igual, tampoco lo son los partos. Una mujer puede dar a luz 3 veces y que ninguna tenga nada que ver. Despeja tus miedos, relájate e intenta disfrutar del momento de la magia del nacimiento de tu hij@. Pero el miedo al parto es tan grande que nos dará para otro post...

Para ir superando todos los anteriores, algunos consejos:
-El primero, fundamental, una buena información. No te quedes con dudas, pregunta a tu médico en cada consulta, lee mucho y mantente informada. El saber es poder.
-Segundo: disfruta de la etapa con tu pareja sobre todo, y con tu familia y amigos, que sea lo más natural posible.
-Tercero, no interiorices estos temores, compártelos, verás como así te parecen menores.

Esperamos no haberte "asustado" y sí haberte ayudado a aclarar tus temores.

te recomendamos pasarte por el post sobre movimientos fetales

y piensa siempre en la gran recompensa final