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Mimuselina: origen, historia y evolución

Mimuselina
Como si fuera un embarazo, con un parto, con el desarrollo y el crecimiento de un sueño... Así es Mimuselina, un reflejo fiel de la vida, un paralelismo con el mundo al que nos dedicamos, el de los bebés. ¿Por qué los bebés? Por la magia, la pureza y lo especial de la vida: nacer y crecer. Igual que vuestros bebés, Mimuselina también tuvo un origen, nació y creció... y vosotros sois parte de esa historia que os vamos a resumir aprovechando el cumpleaños de nuestra mudanza... Igual que los bebés, vamos creciendo, sin olvidar esa naturaleza inicial. Aquí la tenéis. Mimuselina: origen, historia y evolución

Origen de Mimuselina

Es curioso, como Mimuselina nace de otro nacimiento, el de mi hijo mayor Nico. Esta historia puede que a algunos y algunas de nuestros seguidores les resulte familiar. Cuando me quedé embaraza, entre los muchos regalos que recibí, un familiar me regaló con todo su cariño una especie de trapo o gasa amarillenta, súper antigua y me dijo: toma, era de mi hijo, y seguro que la utilizarás muchísimo.

Yo en aquel momento me quedé un poco aturdida. Tenía en mis manos algo muy viejo, con aspecto poco agradable por color amarillo del paso del tiempo, y pensé: ¿Y esto, qué es? ¿Seré capaz de lavarlo y que se quede bien? ¿Para qué servirá? Amigas y amigos, entonces sólo estaba embarazada, pero en cuanto nació Nico comprendí exactamente para qué servía y efectivamente, como me dijo quien me la regaló, que la usaría mucho.
Lo lavé con mucho cariño, al final soy muy sentimental y aunque la apariencia no era muy agradable a la vista, aquel trapito me lo habían dado con mucho cariño y con una historia antigua detrás. Simplemente con eso merecía la pena. A mí, personalmente, esa emotividad de las cosas con historia y antiguas me encanta. Lavada quedó súper blanquita de nuevo y la guardamos con las cositas de Nico, lista para ser utilizada y "requeteutilizada".

Inicios de Mimuselina

Con Nico entre nosotros, efectivamente, aquel trapito era una de las cosas que más utilizaba cada día, tanto que quise comprar más… Aquella muselina recuperada del baúl de los recuerdos era sin duda un imprescindible para mí con el bebé pero a la hora de encontrar más muselinas en el mercado, hace muchos años, me resultó imposible… Entonces pensé ¿y si las fabrico yo misma?

Quienes estaban a mi alrededor me miraban un poco extrañados, acababa de ser mamá y me quería poner a fabricar muselinas. No fue un proceso fácil, ni el de encontrar el tejido, ni el de la fabricación, ni el del diseño, ni la falta de horas de sueño por la maternidad y la conformación de lo que es hoy la empresa Mimuselina. Meses después, aquel sueño, empezaba a ser una realidad.

Comienzos en...

¿Dónde os imagináis que empezó Mimuselina? Pues seguro que algo os podéis imaginar pero en nuestro caso fue algo más particular y curioso, continuando con esa esencia de nacimiento y familia... Efectivamente, en un garaje. Ahí empezó Mimuselina a rodar (como los bebés cuando hacen la croqueta y dan vueltas...) Pero lo curioso de todo esto, como os decía, es que no fue en el nuestro, no teníamos... fue en el sótano de casa de mis suegros. Como lo leéis, si mis suegros, fundamentales en esta historia y en la de sus nietos, y en la mía particular. El apoyo de toda la familia fue fundamental, porque aunque pudieron pensar que estaba un poco loca, siempre pude contar con ellos. Toda la familia me apoyó y gracias a eso pude sacar adelante mi gran sueño. Acababa de dar a luz prácticamente a Nico, y ahora estaba dando a luz a otra de mis criaturas.
En aquel garaje vivimos momentos maravillosos: la recepción de las primeras muselinas con nuestros diseños y etiquetas propias de nuestra marca, ¡qué emoción!; también el desarrollo de nuevos productos como los arrullos, los cambiadores, los neceseres… En aquel momento se hacía todo bajo demanda, de uno en uno, en las máquinas de coser que teníamos en el garaje. En aquel primer “local” empezamos a crecer, a evolucionar, a diseñar productos de mayor tamaño como los cucos, las cuñas e incluso el germen de lo que es hoy nuestra colchoneta.

Como os podéis imaginar aquel pequeño espacio del garaje se nos quedó pequeño. No podíamos almacenar más cositas... y nuestra imaginación no dejaba de volar. Para poder ponernos de pie como empresa teníamos que salir del sótano. Además, los nuevos diseños que teníamos en mente tenían más volumen y no cabían.

Así que después de varios años, dejamos atrás esa primera y emotiva etapa en un garaje para dar un pequeño salto y alquilar un local en nuestra ciudad: Villanueva de la Cañada. En el símil con el bebé... después de voltearse y sentarse, ahora tocaba ponerse de pie y caminar solos fuera de nuestra primera casa.

DEL GARAJE... A LA LUNA. ASÍ SE LLAMABA LA CALLE EN LA QUE PUSIMOS NUESTRO PRIMER LOCAL

Si algo tuve claro desde el principio es que quería crear una empresa que me permitiera estar con mis hijos. Por aquel entonces acababa de tener a Valeria, mi segunda hija, y no quería renunciar ni a ellos ni a la maternidad. Las condiciones laborales empresariales obligaban a horarios en los que la conciliación es imposible, y cuando me decidí a emprender lo hice con esa premisa. Por eso el taller tenía que estar cerca, por si tenía que ir a por los niños, para estar al lado de ellos.

En este local alquilado en la Calle Luna, la familia Mimuselina también creció. Nuevas incorporaciones llegaron al equipo, nuevos talleres con los que empezamos a trabajar y a producir en más cantidad, siempre a mano y con la misma delicadeza para mimar a vuestros pequeños.

Tanto es así que después de casi tres intensos años en los que generamos una comunidad Mimuselina genial, en los que organizamos talleres, desayunos y en los que cada día erais más las que veníais a conocernos y comprar en tienda, aquello también se nos quedó pequeño.

Por cierto, en aquel local de la Calle Luna vivimos los peores meses de la pandemia sin dejar de trabajar para vosotras y vuestros recién nacidos. Algo que tampoco olvidaremos jamás.

Y además llegó al mundo mi tercera hija, y con ella, "otro parto": el de la compra y diseño de un nuevo hogar…

Estaba decidido, había que dar otro salto más… ¡Nos volvíamos a mudar! Esta vez a un local que todavía no existía, un espacio en bruto al que daríamos la forma, el diseño y la estructura que queríamos para Mimuselina.

NUEVA MUDANZA: DE UN LOCAL EN BRUTO... A NUESTRA NUEVA CASA EN CALLE MIRALRÍO 9, VILLANUEVA DE LA CAÑADA

Después de meses de vértigo, de planos, de reuniones con el arquitecto, de presentación de papeles y permisos, comenzaron las obras de lo que es hoy nuestra nueva casa. Elegimos pinturas, papel pintado, estanterías… todo con muchísima ilusión, la de tener algo nuestro, la de darle un hogar a nuestro "cuarto hijo".

Y es aquí, en la Calle Miralrío 9 de Villanueva de la Cañada donde os esperamos, donde os recibimos con los brazos abiertos, desde donde diseñamos y preparamos todos vuestros pedidos. Es aquí donde está nuestro corazón, nuestra alma y donde ponemos toda nuestra pasión para seguir creciendo.

Desde nuestra “casa” os damos las gracias por dejarnos entrar en las vuestras, y por dejarnos seguir siendo uno más y formando parte de esas primeras veces.